Seleccionar página

A finales de febrero del presente año, recibí una llamada de un cliente que estaba preocupado por la situación de la pandemia en China, y especialmente lo que iba aconteciendo en Italia en esas fechas.., tenía claro nuestro cliente, cosa que me sorprendió, que íbamos a estar en pocas semanas en las mismas condiciones de confinamiento en el que estaba inmerso nuestro país vecino, y lo que supondría para la economía real.

Su preocupación iba en aumento con el paso de los días, y comenzó a reestructurar sus empresas en base a las circunstancias que auguraban una de las peores crisis sanitarias y económicas de los últimos años.., modificó la estructura de personal, diversificó su tesorería, amplió pólizas de los seguros de responsabilidad civil para cubrir el posible cierre de la actividad y perdidas de beneficios, y paralizó todas las inversiones planificadas….., sin duda, acertó de pleno.

Esa llamada marcó el devenir de nuestro despacho, y comenzamos a compartir con el resto de clientes las inquietudes que nos había despertado esta predicción, y que ni siquiera en nuestras peores pesadillas, pensábamos que iba a hacerse realidad…, en algunos casos se tomaron medidas y en otros, desgraciadamente se tomaron tarde….

Una vez decretado el estado de alarma, el pasado 14 de marzo, comenzamos a vivir una experiencia única, nada comparable con la última crisis financiera de hace una década, y que pronto convertiría a los asesores y gestores en la “primera línea de batalla” de la supervivencia empresarial del autónomo y de la pequeña y mediana empresa.

Desde ese 14 de marzo, fecha que nunca olvidaré, las llamadas, las consultas, las inquietudes por teléfono, whassap, email… , se multiplicaron exponencialmente, las noticias que nos llegaban desde distintos medios nos desbordaba y nos confundían.., en fin… un desastre que comenzó en pocos días después a hacer mella en nuestro estado de ánimo de forma general, pero que nos obligaba a estar junto a nuestros clientes para ayudarlos en todo lo posible.

A medida que transcurrían los días el nerviosismo y la inquietud de los autónomos empezaban a tornarse más preocupante si cabe, la próxima cuota de autónomos, los alquileres a pagar, la nomina del personal, eran las preocupaciones más acuciantes para ellos, y que nos transmitían una y otra vez..con tintes en muchos casos dramáticos…

 Nos acercábamos al mes de abril, y finalmente se aprobó la prestación extraordinaria por cese de desempleo y que íbamos ayudando a solicitar, fue un hilo de esperanza y de alivio para la mayor parte de los autónomos y pymes, pero las incertidumbres seguían latentes, y eso nos obligaba a consultar, y volver a leer la incesante legislación que se iba aprobando para tomar decisiones con nuestros clientes…. esto cada vez nos unían mas a ellos, no solo como clientes, sino como personas y amigos……, ellos confiaban en nosotros, y nosotros nos les podíamos fallar…

Qué hacer con el personal?…..lo despedimos? hacemos un ERTE? reducimos la jornada laboral? Esa fue otra de las cuestiones en las que nos vimos inmersos, nos pedían consejo,  las posibles soluciones eran variadas, y  dependía de la estructura que cada empresa.

 El realizar un ERTE, suponía que los trabajadores recibirían el 70% de su base  reguladora y que las empresas y autónomos tendrían que hacer frente a la cuota empresarial..y eso llevó a que muchas empresas a despedir a sus trabajadores, especialmente a aquellos cuyo coste de indemnización era más asumible., posteriormente los ERTES flexibilizaron sus condiciones y las cuotas empresariales eran asumidas por el Estado…, sin duda una buena medida.., pero que tiene el lado negativo en el hecho de que aún muchos trabajadores no han recibido sus prestaciones después de dos meses desde su solicitud… la Administración está colapsada..

Se sucedieron medidas destinadas al alquiler, que en muchos casos han sido insuficientes para aquellos que tenían locales arrendados, y que veían como tenían que hacer frente a los alquileres mensualmente. Esto supuso para nosotros otro “caballo de batalla”,  al tener que interceder por nuestros clientes para negociar con sus respectivos arrendadores… La respuesta fue muy variada, unos arrendadores decidieron condonar el arrendamiento mientras dure el estado de alarma, otros hacían rebajas o aplazamientos, y otros amenazaban con ir a los tribunales si no se resarcía la renta, en este último caso los arrendatarios veían como su perspectivas de supervivencia de desvanecían, y veían imposible remontar….

Muchos de estos pequeños e incombustibles autónomos optaron por la solicitud de créditos ICO avalados por el Estado, como única vía de salvación, pero en muchos casos han sido denegados por las entidades bancarias sin justificación alguna, y en otros se han concedido incrementado los tipos de interés y las condiciones de concesión (seguros de vida, avales personales etc…).., otro varapalo del que muchos no se han podido levantar, decidiendo cerrar la persiana definitivamente.., situaciones dramáticas que han convertido nuestros despachos en consultorios sentimentales y psicológicos.

Muchas Comunidades Autónomas y Ayuntamientos lanzaron planes de ayudas (Plan Impulsa, Plan Reinicia, Plan Continua etc…), pero que a la fecha no nos consta que hayan sido concedidas, a pesar de la ingente documentación que hubo que preparar para su solicitud.

Tenemos que recordar que las Pymes y autónomos supone en España más del 90% del tejido empresarial de España, y aporta más del 65% del empleo, y se encuentran actualmente en una situación muy delicada y con expectativas cada vez peores. En nuestra opinión únicamente se pueden paliar las consecuencias inevitables de esta crisis económica, con políticas económicas y sociales que incentiven el consumo, establecimiento de rentas básicas a colectivos vulnerables, ayudas económicas a sectores muy castigados, como es el sector turístico, y estableciendo políticas fiscales (no con fines recaudatorios) adaptadas a la situación…, si todo esto se conjuga correctamente tendremos la posibilidad de salir poco a poco de este agujero.

Como consejo general, deberemos adaptar nuestras empresas al nuevo entorno económico, especialmente con el desarrollo e implantación de las nuevas tecnologías. Con respecto a las empresas/autónomos que tengan un contacto directo con el público, nuestro consejo es básico pero muy importante, y es el de generar la suficiente confianza al cliente para que poco a poco ese miedo se convierta en seguridad. Tenemos que tener el objetivo, de que el cliente salga de nuestro establecimiento con la sensación de que ha estado más seguro que en la calle, para ello tenemos que extremar las medidas sanitarias y de seguridad. Los clientes tienen que percibir con todos los sentidos que los establecimientos están “limpios”, que son seguros para su salud…., solo así podremos restablecer la confianza en nuestros clientes, y que dicha confianza se transmita.

A la fecha las inquietudes continúan, las consultas aunque en menor medida se mantienen, y el estado de incertidumbre es una constante en nuestro quehacer diario…, las horas que empleamos para estar al corriente de cambios legislativos son ingentes, estamos en constante alerta…sin duda, somos la “primera línea de batalla empresarial”…

Para terminar, todo el equipo de FINASA ECONOMISTAS, S.L.U., queremos dar ánimo a todos los compañeros que nos dedicamos al asesoramiento de empresas y autónomos, y a otros colectivos como el sanitario, transportistas, y personal del pequeño comercio que están exponiendo su salud y la de sus familiares…y especialmente a ese colectivo de autónomos y PYMES que todos tanto necesitamos…….

Juan Luis Olmeda León

Economista Colegiado y Experto Contable Acreditado